27 febrero 2006

El método Chejov


Con sus relatos Chejov (1860-1904) aspiraba a mostrar las cosas como son. Ése pensaba que tenía que ser el único empeño del escritor con respecto a sus personajes: “Que los juzguen los jurados, a mí sólo me compete mostrarlos como son (...) El hombre se volverá mejor cuando le hayamos mostrado cómo es”.

Su renuncia a juzgar el comportamiento de los hombres no procede de la indiferencia sino de la humildad: “No seamos charlatanes y digamos con franqueza que en este mundo no se entiende nada. Sólo los imbéciles y los charlatanes creen comprenderlo todo”.

Cómo consigue Chejov retratar la realidad como es. ¿Cuál es su método?

· Frialdad. “Cuanto más sentimental es la situación, mayor frialdad se necesita a la hora de escribir; de ese modo el resultado es más conmovedor. No conviene azucarar”. El artista [¿el periodista?] es un “testigo desapasionado”, que medita con frialdad.

· Objetividad. “Cuanto mayor sea la objetividad, más fuerte será la impresión”.

· Sencillez. Escribir sin adjetivos, adverbios ni ornamentos. “El primero y principal atractivo de un cuento es la sencillez y la sinceridad".

· Preguntar más que responder. No sermonear, no pretender descubrir los porqués de todo lo que ocurre. Como escritor, Chejov quiere plantear justamente el problema más que proponer soluciones. “Un tribunal tiene la obligación de hacer preguntas; luego deciden los miembros del jurado, cada uno según su parecer”.

Mirar, observar con atención pero con desapasionamiento.

Conversar.

Tachar, reescribir, acortar.

Su punto de partida: “En este mundo no hay modo de entender nada”.


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8 Comments:

At 12:08 p. m., Anonymous Anónimo said...

El otro día le explicaba a una amiga (escritora amateur) precisamente esto, que leyera a Chejov para aprender a contar. Chejov cuenta de forma lacónica, ajusta las palabras a la realidad narrativa. Elimina. Recorta. Rapa los acontecimientos al cero, para que las historias, desnudas de melenas piojosas, ganen en fuerza. Me recuerda a mi viejo amigo Raymond Carver, que bebía demasiado, pero no caía en la pedantería del borracho cuando escribía. Lo llamaban realismo sucio. ¿Por qué? La realidad no es sucia: estamos acostumbrados a los adjetivos almibarados del poeta, que son prismas superfluos. El periodista tiene mucho que aprender de Chejov y Carver.

 
At 1:21 a. m., Anonymous Anónimo said...

Es cierto que Chejov es un gran narrador. Supongo que tendré que leerlo más.
A mí me parecen que los mejores prismas son los superfluos, todo escritor trata de narrar una historia nueva, pero el lector debe tener la capacidad de recrearla, por eso los prismas poéticos son superfluos. Porque son necesarios.

 
At 8:18 p. m., Anonymous Anónimo said...

Precisamente lo superfluo es lo que sobra.
La sencillez en el relato está en muchas ocasiones infravalorada, sobre todo por los que estamos aprendiendo a redactar. Es fácil construir un texto lleno de adjetivos. Lo dificil es escribir con claridad, sencillez y sinceridad. Esto último requiere esfuerzo: "tachar, escribir, acortar"

 
At 10:24 a. m., Anonymous Anónimo said...

Estoy de acuerdo contigo. A eso me refería con el primer post. Lo que no creo entender es lo que dice Alicia. Quizá sí se comprendiera en un contexto poético, pero no confundamos lo poético con el adjetivo almibarado (adjetivo otra vez). Aquí hablamos, entre otras cosas, de periodismo. Lo supérfluo es precisamente contar que la habitación donde yace moribundo Chejov está en un balneario francés y que un botones con la chaqueta descosida abre una botella de champaña mientras el escritor ruso expira.

 
At 3:18 a. m., Anonymous Anónimo said...

Por supuesto, me refiero en un contexto poético. En periodismo creo que la adjetivación es totalmente innecesaria.

 
At 3:10 p. m., Anonymous Anónimo said...

Que gran juego el de los prismas.

El principal problema del método de Chejov es que no podemos retratar el hecho desnudo de artificio alguno. Sólo la mirada directa del jurado sobre el hecho proporcionaría una cierta objetividad que quedaría negada si aceptamos que ese jurado tampoco es objetivo, que la realidad, cuando adopta formas mentales, conceptuales, es RE-presentación de lo que el hecho fué y en ella tendremos unos datos seleccionados -no azarosamente- y otros tantos despreciados, Olvidados. Si el propio jurado de lectores no puede ser objetivo ante el hecho mismo, ¿cómo va a serlo ante una respresentación de éste?

Lo siento mucho pero no creo en la objetividad. Considero mucho más interesante la diversidad de opiniones (plagadas de adjetivos si se quiere) sobre un hecho, que rapar al cero una narración con la pretensión de alcanzar un horizonte.... la objetividad.

En cuanto a la poesía diré, que su altura conceptual es superior a la que el periodismo pueda poseer o la narración del hecho ficticio-objetivo que pretende ser un particular fic-mundano. El gran valor de la poesía es su capacidad TRANSCENDENTAL, su uso de UNIVERSALES a través de los cuales el escritor puede transportar al lector, o al sentimiento particular que padece el autor o pretende transportar al lector. No me parece un prisma superficial, más bien omniabarcante.



Dado que el lenguaje, la capacidad cognoscitiva del ser humano y los sentimientos se entremezclan formando una unidad indivisible.. nos sería mucho más útil una noticia que incluyera estas tres dimensiones, indivisibles, en lugar de jugar al artificio de la pseudoobjetividad eliminando adjetivos o narrando los hechos en indio.


El gran problema que se me plantea ante la metáfora, o paradigma de la realidad como prisma es la pregunta:

¿Chejov forma parte del prisma... o es una gaviota que vuela por encima de ella?

Tanto si la respuesta es sí, como si es no... el prima no funciona.

 
At 7:04 p. m., Anonymous Anónimo said...

No creo en la objetividad, pero prefiero a) a cualquier b) o cualquier c).

a) El conductor, J.M., de 37 años, padre de los fallecidos, había dado positivo en la prueba de alcoholemia que le practicó la Guardia Civil a la media hora del accidente.

b) El conductor J.M., padre de los fallecidos, en claro estado de embriaguez, se enfrentó a la Guardia Civil, según los testigos.

c) La mirada del conductor se perdía en el asfalto ensangrentado: "¿Por qué ese último gin tonic?". Uno de los guardias civiles, mientras, examinaba el alcoholímetro acusador.

 
At 1:57 p. m., Anonymous Anónimo said...

(((Su renuncia a juzgar el comportamiento de los hombres no procede de la indiferencia sino de la humildad: “No seamos charlatanes y digamos con franqueza que en este mundo no se entiende nada. Sólo los imbéciles y los charlatanes creen comprenderlo todo”. ))Ésto está en la entrada sobre Chejov


Yo lo veo claro... el tipo necesita convertirse en un charlatán imbécil que cree saberlo todo porque si no: ¿cómo puede explicarnos quién es un charlatán imbécil y quién no?. El tipo es tan humilde que llamaría al mismísimo Kant... CHARLATÄN IMBÉCIL...convirtiéndose, él mismo, en un charlatán imbécil (según su propia definición)
¿paradoja, aporía o simple contradicción?

En un rincón tenemos:

"Su renuncia a juzgar el comportamiento de los hombres"

En otro rincón:

"Sólo los imbéciles y los charlatanes creen comprenderlo todo"


la contradicción está servida...

NI EL MISMO CHEJOV PODÍA SEGUIR SU METODOLOGÍA

JUASJUASJUAS

Miguel: Yo prefiero... A,B y C (entre todos dan más datos!)

Piensa que los hechos no son fríos, si los narras fríamente pierdes parte del hecho y traicionas la objetividad.
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"¿¡Por qué ese último gin-tonic!?", gritó llorando el ebrio conductor.

¿cómo narrarías tú estos HECHOS? porque son HECHOS OBJETIVOS ... NO LO OLVIDES!!! Aunque esté mal visto ÉSTO PASó!

El problema, quizá, sea de los que han hecho de la frialdad una norma periodística..

¿sabes lo que pensaría y sentiría una persona al ver a otra espachurrada contra el asfalto? ¿ al ver al padre, borracho, llorando y gritando? ¿AL VER EL HECHO DESNUDO SIN REPRESENTACIONES CASTRADAS?

Hay quien dice que la gente iría más tranquila en la carretera si visitase con los servicios sanitarios algún que otro accidente de tráfico....
¿no será que vosotros (los periodistas) no sois tan objetivos como creéis? ¿Qué con vuestro juego de la frialdad no os acercáis apenas a los hechos?

Yo creo que si no eres capaz de transportar a tu lector al hecho, tanto mental como sentimentalmente (¿por qué no?), NUNCA se será realmente objetivo.

Y que no te preocupe el hecho de que vayas a manipularlo, a sensibilizarlo... pues si el jurado-lector es un psicópata asesino disfrutará leyendo la noticia y si resulta ser una persona sensible quizá llore...
DE lo que no se da cuenta el tal Chejov es de que la ausencia total de adjetivos no hace más objetiva la narración del hecho.


Cuando evitas sensibilizar al lector lo engañas, pierdes la objetividad y varias dimensiones cognoscitivas que sí!! proporcionaría el hecho DESNUDO.


Te meten en la cabeza que esto es sensacionalismo barato, que no es periodismo y que no es objetivo...

PERO..¿Y SI DE VERDAD PASÓ ASÍ?

¡¡pues entonces la narración fría es la basura no-objetiva!!!

Yo no soy partidario de buscar la objetividad absoluta... es imposible, quizá se pueda entender como horizonte . Pero me da la impresión de que Chejov se aleja de él.

 

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